Colombia, un laboratorio di pratiche, riflessioni e ricerca per l’America Latina a cura di Pepe Barbieri e Mario Tancredi

torna su

Opus ecológico. Una reflexión entorno al diseño de arquitectura.
Entrevistas y proyectos: Daniel Bonilla, Latitud, Giancarlo Mazzanti, Taller 301.
Arq. Leonardo Ostos, Lab arquitecto
PDF

¿Cómo entra el componente ecológico en el diseño de arquitectura, a las distintas escalas? En un país como Colombia, rico de materia ecológica, es un tema cada vez más importante, aunque todo para explorar. La forma del ambiente, los componentes técnicos de ellos en sus materiales, la articulación de forma arquitectónica con componentes como el agua, la luz, los colores en la arquitectura. Desde las sugestiones de Salmona, pasando para la generación de los arquitectos de la generación mediana, y la nueva, se puede trazar un balance, de cómo poco a poco se insinúa una reflexión más profunda, en donde la globalización desafía la arquitectura del contexto, para aclarar sus particularidades como también a recibir contribuciones del debate mundial.
Vale la pena empezar con Rogelio Salmona, quien intuyo íntimamente las características ambientales, conyugándolas con aspectos técnicos, y finalmente también sociales.
Hablar de ambiente y naturaleza, para el era hablar de una arquitectura viva, realizada con los medios naturales, materiales e inmateriales. Agua, luz, sombra, colores eran igual de importante que sus “famosos” ladrillos.
Pero no era únicamente un tema de diseño, de sugestiones, de forma del proyecto. Era también un asunto estructural, técnico: El archivo de la Nación, realizado hace 20 anos, ya tenia los dispositivos naturales para el control de su delicada función de guardar precisamente documentos. No existe a su interior dispositivo tecnológico, todo esta realizado naturalmente, con sistemas de ventilación y control de humedad que hoy diríamos sostenibles.

Que pasó su herencia? Parece que quedó encerrada en sus ladrillos. No dejó una escuela pero si una moda, que se refleja en la Bogotá de los ladrillos. Salmona se recuerda por la poesía de su construcción que va desde las poderosas curvas de las torres del parque capaces de jugas a la vez con la plaza de toros al pie y con el perfil potente de la Cordillera, hasta los virtuosismos de obra póstuma del Centro Cultural Gabriel García Márquez.  Quizás falta aun conocer y dar espacio en el medio de sus delicadas formas del diseño, a otros temas que también son parte de su itinerario profesional, evidenciadas en una arquitectura mas atenta a dimensiones culturales del contexto, mas incluyente en sus aspectos sociales, mas coherente con la potencia ecológica que la hospedaba, desde sus inserción paisajística, hasta su integración y articulación estructural. Un mundo todavía, para explorar. En fin, Salmona queda aun para explorar. Quizás sobretodo, en su dimensión de atención al medio ambiente, tiene guardadas palabras importantes, atrapadas en las líneas de sus colores y aguas, y la vehemencia de su pasión para el contexto colombiano.  

Daniel Bonilla: técnica y sostenibilidad. MATERIALES
Proyecto en Bucaramanga, capilla en la Calera

En el trascurso de su carrera como arquitecto ha desarrollado todo tipo de proyectos públicos y privados, con gran enfoque en los equipamientos educativos. Su arquitectura  se caracteriza por resolver de la mejor forma los problemas y necesidades planteados a través de conceptos fuertes y muy claros como la disolución del límite, creando relaciones entre lo interno y lo externo, lo  público y lo privado. Otro concepto particularmente evidente en sus obras, es la mutabilidad de los espacios, los cuales son flexibles y pueden cambiar de significado presentando gran versatilidad en su uso.
La piel enrolla el proyectos, con un uso racional y creativo de los materiales, los cuales se transforman en texturas, tejidos y secuencias. Es por estas razones que en su taller la tecnología ha sido un instrumento muy importante, que ha permitido acortar las distancias para una mayor interacción cultural con otras sociedades, con otros lugares y paisajes que permiten tener otra realidad y conocer más técnicas de aplicación y utilización de los materiales en la arquitectura. “La tecnología nos permite actuar de forma más ágil y comunicarnos integralmente para contaminar y contaminarnos con la información. El conocimiento se construye a través del conocimiento, de unas bases. La bondad de la globalización es la capacidad de acceder a mayor conocimiento permitiéndonos influenciarlo, y eso es prodigioso,” asegura Daniel Bonilla.
Daniel Bonilla viene de una generación de arquitectos que empezó a experimentar dentro de su trabajo con otros materiales donde precisamente el ladrillo no era el principal, este escenario logro un cambio en la arquitectura en Colombia y trajo una enorme diversidad tanto de materiales como de aproximaciones a la arquitectura y por esta razón, es muy difícil definirla.
Una de sus obras más representativas es la Capilla de la Porciúncula, que se caracteriza por su relación con el paisaje logrado a partir de los materiales usados en la envolvente o piel del proyecto que funciona como una puerta corrediza la cual permiten que se abra fácilmente hacia el espacio exterior logrando una total integración con el entorno natural.
Quizás el pabellón diseñado para la Expo de Hannover 2000, evidencia su doble perfil de técnico, amante de la combinación de materiales, así como la forma arquitectónica capaz de reflejar, sin retorica, aspectos relacionados a la riqueza ecológica del País. Lo resuelve con una reinterpretación de la selva colombiana a través de una estructura con forma de árbol y con un lenguaje tecnológico y en donde se resalta el buen uso que hace de la madera –material particularmente utilizado y explorado en sus características y prestaciones en distintos proyectos-, la cual funciona como piel enmarcando la circulación exterior y la plaza de bienvenida.

 

Giancarlo Mazzanti: La forma como matiz del proyecto.

Dentro del taller de Giancarlo Mazzanti el interés es que cada proyecto dependiendo del entorno donde se encuentre, actúe como organismo biológico y que el proyecto  crezca, se adapte, que  sea capaz de transferir cierto tipo de condiciones climáticas, o cierto tipo de condiciones biológicas. Su trabajo no solo se enfoca en la forma física, sino en propiciar hábitos de comportamiento, provocar transformación social.

Para Giancarlo Mazzanti la arquitectura debe ser funcional y generar nuevas formas de entender la vida social. “Quien ejerza esta profesión, debe preguntarse cómo puede un mismo edificio ser funcional para un niño y un anciano, o convertirse en un referente para la sociedad. Son cuestionamientos que reflexiona siempre”, antes de arrancar cualquier proyecto.

Recoger el agua lluvia, utilizar las condiciones ambientales exteriores para generar corrientes de aire y ventilación en vez de usar aire acondicionado, son conceptos obvios para todo proyecto, el tema debe ir mucho más allá, y eso implica una forma diferente de entender la sociedad y el medio ambiente. “La sostenibilidad no consiste sólo en mejorar las condiciones energéticas, en no tumbar árboles o en ponerle pasto al techo de un edificio. Eso es bastante ingenuo. La arquitectura no sólo es un desafío físico, también mental”. Sus propuestas se basan en los conceptos de sostenibilidad y diseño bioclimático, para asegurar el bienestar de las generaciones que por allí pasan.
En la escuela para la primera infancia en Timayui en Santa Martha el equipo guiado por Giancarlo Mazzanti plantea un edificio que con su forma pueda representar un símbolo para el barrio, y que se diferencie de las construcciones del sector, las cuales no tienen un planteamiento urbano sino son construcciones elevadas sin la menor planeación urbana, es por esto que el proyecto pretende ser el elemento organizador del barrio y el referente para la región; “más que un objeto arquitectónico pretendemos desarrollar un edificio paisaje que se relacionen con la geografía y las topografías u donde se inserta; buscamos encontrar reglas de organización para desarrollar proyectos que favorezcan un nuevo contrato natural, reformulando las relaciones entre estas dos (fondo y figura)”.

La biblioteca España, ya muy “famosa” por las numerosísimas publicaciones que la han visto protagonista, ya parece ser el icono de las transformaciones de la ciudad. Ubicada en uno de esos tantos sectores – Santo Domingo- de la periferia de Medellín que han tenido un potente desarrollo urbano, convirtiéndose en un ejemplo de como un sitio deprimido, marginado por la ciudad y azotado por la violencia, a través de los programas de inclusión social promovidos desde la alcaldía se ha originado un cambio de vida, donde ahora es un sector que brinda a sus habitantes sistemas de transporte integral, espacios de recreación, de ocio, cultura y educación. La Biblioteca se convirtió así en el centro de una red de espacios públicos que conecta al sector con la estación del metrocable.

Giancarlo Mazzanti fue el ganador del concurso público para la elaboración de los diseños del parque-biblioteca, con sus icónicos volúmenes en el borde de la montaña simulando tres grandes rocas. Con este proyecto Giancarlo Mazzanti obtuvo el premio al diseño en la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura en Lisboa en 2008, además de muchos otros reconocimientos internacionales. El proyecto fue inaugurado en 2007, y hoy mas que por carácter icónico, es fuente de debates y numerosas críticas por los problemas constructivos que ha mostrado, al  presentar filtraciones de agua y grietas en sus acabados. También se han presentado desprendimientos del enchape  de manera recurrente desde el comienzo, pero en abril y agosto de este año empeoraron haciéndose en áreas más grandes. En 2009 se realizaron obras de  mantenimiento e impermeabilización con garantía hasta 2014, pero esto no ha sido suficiente. Giancarlo Mazzanti considera que estos sucesos tengan algo que ver con el mismo diseño, “tal vez se trate de materiales de poca calidad o de defectos en la construcción y la instalación de los materiales”, le dijo a  la  revista SEMANA, agregando que “Esta piedra se ha usado por años en la arquitectura y los problemas no tienen que ver con ese material sino con empates de la cubierta que no quedaron bien construidos”. Mas allá del contencioso incluso jurídico, y los faraónicos presupuestos para arreglar la obra, queda abierto el gran debate entorno al papel de la arquitectura y a su control, tanto del diseño como de sus materiales. Evidentemente la sostenibilidad de los proyectos pasa también por los procesos, y no solamente por el uso de materiales o por sus formas cautivantes. Queda mucho por reflexionar y para entender cuál es la posición del arquitecto y que propone para hacer frente a los problemas sociales, económicos y ambientales. Hay que entender bien cual es la escala precisa para cada proyecto y su sostenibilidad que incluye la manutención y la relación en el entorno, que más allá de la imagen satisfaga las necesidades puntuales para lo que es construido en lugar de traer problemas se deben generar soluciones.   

 

La globalización sostenible del diseño arquitectónico. La experiencia de Taller 301

Taller 301: dos jóvenes arquitectos, Julián y Pablo. Graduados en la prestigiosa Universidad de Los Andes, se conocieron cuando presentaban al programa de arquitectura y terminan haciendo prácticas profesionales en el estudio de Daniel Bonilla, docente de la misma Universidad. Allí descubren que sus capacidades como arquitectos y personas van más allá de lo que les ofrece la carrera académica. Entonces abren su estudio  de arquitectura con la idea de crear un espacio de trabajo para desarrollar sus propias ideas y materializarlas en proyectos.
Un día buscando en internet oportunidades de trabajo, se meten en uno de esos concursos internacionales que están entre lo absurdo y lo utópico: se trata de proyectar una conexión para el Estrecho de Bering, y se lo ganan. La estrategia de desarrollo consistió en un paisaje artificial que conforma un archipiélago, logrando de esta forma un máximo impacto con un mínimo de intervención. Por supuesto el proyecto queda en una sugestión, pero para Pablo y Julián, es la ocasión para fijar con su puente colgado entre Rusia y Alaska, unas ideas y conceptos fundamentales para la continuidad y desarrollo de su trabajo, además de la oportunidad de deslumbrar una tarjeta de presentación en el País como en el exterior también. Era un “proyecto a la escala de los Dioses”, con un tamaño de escala y de problemáticas demasiado grande. La idea que logro convencer el jurado pero es elemental, y nace precisamente de una concepción básica de la arquitectura y de su papel frente a los desafíos ambientales: dejar crecer la naturaleza, en esta caso las islas presentes y generan otras islas artificiales y desde allí, montar la infraestructura. Una armonía entre ambiente, proceso, arquitectura y paisaje, en donde se une también la componente contextual aprendida en Colombia, en donde “con menos se hacen más cosas”. El proyecto utópico de Bering es para ellos la oportunidad, más bien, de replantear el diseño de arquitectura como una ocasión de reflexión, estimuladora. Para entender el papel de la globalización en Colombia, en donde empiezan a aparecer estudios de arquitectura que trabajan en distintos contextos, como es el caso de Taller 301.  Y no es un caso entonces, que su currículo se enriquece a la vez, de proyectos locales y propuestas en otros países, desde Norte América a África, hasta Europa Oriental: Taller 301 fue galardonado con el Primer Premio en el Concurso de Arquitectura Paisaje Urbano Internacional en Kiev para la Eurocopa-2012. El proyecto titulado Reclaiming the Shore consta de 413 hectáreas entre el río Dniéper y el Centro de la ciudad, y prevé una serie de intervenciones que se desarrollarán para la próxima Eurocopa 2012 organizada en Kiev, así como una visión de largo plazo para la ciudad.

 

Latitud: el reto de un rio demasiado largo y de temas demasiados profundos

“El proyecto surge como una respuesta estructurante a la red biótica de la Ciudad de Medellín. En la actualidad la vegetación del Valle de Aburrá se encuentra desarticulada de la red de espacio público y contenida en franjas de ciudad poco permeables al habitante cotidiano (ej. Jardín Botánico, cerros tutelares, quebradas sin senderos peatonales, grandes universidades etc.).

El Parque Botánico de la Ciudad de Medellín busca articular las quebradas, los vacíos verdes, y las infraestructuras sub-utilizadas sobre el Río Medellín (eje estructurante Norte-Sur de la ciudad) por medio de su recuperación y vinculación a lo que llamaremos corredor biótico metropolitano.
El corredor biótico metropolitano presenta la oportunidad de permeabilizar actuales zonas de vegetación contenida (Jardín botánico, cerros tutelares), integrándolas a un sistema general que le da mayor jerarquía y continuidad al estructurante natural de mayor impacto metropolitano: El Río Medellín.
Al recuperar el río desde la interpretación ambiental y lograr vincularlo a los demás sistemas mencionados se genera un circuito natural que recupera la calidad del aire y del agua de la ciudad y que a lo largo de su recorrido educa a los ciudadanos sobre la riqueza de nuestra biodiversidad.

El programa del parque busca desarrollar conciencia ambiental, preservar especies autóctonas de la región, conectar la red biótica del valle y protegerla del rápido crecimiento urbano, generar escenarios culturales a lo largo del eje del Río para enriquecer la calidad de espacio público e infraestructuras para la ciudadanía, ofrecer espacios para el aprendizaje a través del recorrido de múltiples paisajes y vegetación, y ofrecer escenarios deportivos para lograr un parque integral donde los habitantes del Valle puedan recrearse y educarse”.
Estas son las consideraciones que sustentan el proyecto quizás mas ambicioso que la ciudad de la innovación por excelencia, Medellín, esta tratando de implementar.
Medellín es tajada por su Rio, como una manzana.  Como siempre sucede en la historia de los asentamientos, el rio era mas bien la razón de ser de este pequeña población, que nació gracias a la riqueza biológica del valle, que lograba abastecer la colonización que se estaba generando a sus alrededores gracias a la riqueza minera. Con el moderno este ya es leyenda. El rio es un atropello, se canaliza con grandes harallones de concreto, y se va aislando del tejido de vida ciudadanía, por la inserción a sus lados de otros flujos, menos líquidos. Dos autopistas de 6 carriles, con sus orillas y sus viaductos, fracturan la textura urbana, subiendo el valor de las relaciones a la escala metropolitana, y perdiendo contemporáneamente su inmediata relación urbana, que ya es por piezas de manzanas, por edificios aislados, por pañuelos de verde recortados entre carriles.
Es el perfecto no-lugar lo que ahora aparece, un sistema de flujos mecánicos, un aparente sistema ecológico dado por el rio, que apenas logra sobrevivir en medio de contaminación química y de gases.
Y así, como todas las ciudades que son cruzadas por un Rio, también Medellín se organiza para pensar al rio con otros papeles, con otras funciones. Como eje biológico capaz de integrar nuevamente la ciudad, sus habitantes humanos y animales, sus flujos mecánicos y biológicos, energéticos y vegetales.
Se Organiza un gran concurso internacional. El Jurado es reflejo de la voluntad de un proyecto importante, y es liderado por Peter Rowe. Efecto sorpresivo para todos, gana un grupo de jovencísimos recién graduados de Medellín. Ganan sobre grandes firmas internacionales, con una propuesta que por supuesto deja dudas e inquietudes, además de renders que dejan imaginar un futuro prospero y bucólico para la ciudad y su Rio. Ganan quizás por esta doble componente, por un programa claro de intervenciones a inmediato, y ganan por manifestar un optimismo que no iba nada malo para una ciudad que vive prácticamente de sueños y esperanzas, mas que de otra cosa, que técnicamente y políticamente, quizás puedan parecer imposibles para alcanzar.
El proyecto se extiende a la escala metropolitana. El tramo de Rio interesado es de mas de 20 kilómetros. A su largo se encuentran una cantidad de situaciones difíciles para contar: industrias, plantas de reciclajes, viviendas ricas y barrios marginales, equipamientos y como decíamos, trozos de verde. Y luego, flujos. Imaginar la realización de un programa de intervenciones a esta escala, que va a tocar intereses, porciones de ciudadanía, puntos estratégicos, funcionamiento de la ciudad como tal, es realmente difícil de imaginarlo.
Quizás, mas que para el Estricto de Bering, parece este un proyecto “a la Escala de Los Dioses”. No es un caso también, que estos proyectos se los van ganando jóvenes, que tienen la inocencia de desafiar problemáticas (de orden social, económico, geológico, cultural) que son al fin y al cabo, las que se enfrentan a estas “latitudes”, cuando se habla de atención ecológica. Medellín, se esta proponiendo, con decisión para ser un laboratorio de estos procesos. Con mucha esperanza.

 

Leonardo Ostos, Arquitecto graduado de la Universidad de La Salle. Trabajò en el estudio de arquitectura de Daniel Bonilla, y es coordiandor de los proyectos del estudio LAB arquitectos de Bogotà. Su campos de trabajo e investigacion son la vivienda social, la dimension procesual de los proyectos de arquitectura. Colabora y asesora entidades para la Vivienda Soccial como CENAPROV.