Forme della sostenibilità urbana in Messico a cura di Livio Sacchi con Cesare Corfone

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Centro Cultural Elena Garro
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autor del texto: Fernanda Canales
autor del proyecto: Fernanda Canales + arquitectura 911sc
título del proyecto: Centro cultural “Elena Garro”
lugar: Ciudad de México, Mexico D.F.
Año: 2012

EL DISEÑO
El proyecto, ubicado en Coyoacán, consiste en una adaptación de una casona existente -un inmueble catalogado, de principios del siglo XX-, para ser transformado en un Centro Cultural en la calle de Fernández Leal. La necesidad de conservar el inmueble existente condujo a la decisión de que el proyecto destacara los nuevos usos y al mismo tiempo respetara el cascarón original. De tal forma, el proyecto consiste en varios elementos que definen la intervención: una primera pieza que marca el acceso, como si fuera una especie de marco, vinculando la obra con la calle y resaltando la casona existente; una serie de jardines y patios que rodean el proyecto y se insertan dentro; y un volumen rectangular hacia el fondo del terreno, desarrollado en tres plantas, conformado por un salón de uso múltiples, bodegas, servicios y estacionamiento en planta baja. Estas piezas marcan los diferentes recorridos y consiguen unir las distintas partes del conjunto. El primer elemento, que se extiende hacia la calle por medio del pavimento, enmarca la casona existente, destacando el pórtico central de acceso y conduciendo al interior de la librería, compuesta por dobles alturas y huecos para introducir luz natural. La casa antigua se convierte en el espacio central, dedicada a la librería que se hace visible desde la calle como un espacio amplio y público. Por medio de una escalera que continúa la forma original de aquella existente, se conduce al visitante a la planta alta de la librería. Como en planta baja los tres volúmenes que conforman el proyecto se conectan entre sí, por medio de la librería, con una escalera hacia el fondo del volumen trasero que conecta las distintas plantas y da acceso también desde el estacionamiento. Esta escalera conduce también a una terraza ubicada en la planta de azotea. A través del pasillo central del interior de la librería se conecta con el nuevo volumen al fondo del terreno. De tal manera, el acceso al salón de usos múltiples, aulas y bodegas conduce al paso/paseo obligado por la librería. El vínculo de los dos cuerpos se articula en torno a una secuencia entre llenos y vacíos, con un patio y un elevador manejado como caja transparente, como la pieza central de la articulación. Este pequeño patio, con una pequeña cafetería, evidencia el “puente” que une ambos volúmenes. La intervención respeta la casona original al mismo tiempo que incorpora su nuevo uso. Todo el proyecto se contempla como una pieza independiente a la casona existente, pudiendo hacer reversible la intervención en un futuro si fuese necesario. Mediante los materiales, como recinto y piedra volcánica en el exterior, así como madera de tzalam y granito color gris en interiores, se integra la totalidad del conjunto. Las grandes alturas de la casa original se aprovechan para generar en el nuevo bloque trasero alturas intermedias destinadas a servicios y a un estacionamiento en planta baja. La azotea del nuevo edificio se propone como techo verde para continuar esta serie de espacios encadenados. Asimismo, los jardines adquieren mayor relevancia al estar integrados en la plaza de acceso y en el sentido longitudinal del volumen del inmueble existente, incluso remetiéndose en torno al lugar en donde lo viejo se mezcla con lo nuevo en la parte posterior; los jardines fueron diseñados por Hugo Sánchez y Tonatiuh Martínez del despacho Entorno, cuidando integrar la vegetación adecuada en el proyecto. La propuesta contempla los árboles existentes como pieza clave del proyecto, que adquieren una gran jerarquía y se complementan con una serie de espejos de agua en el exterior así como con dos grandes muros verdes (uno en el muro de acceso hacia la colindancia y otro en el patio donde se articula la casona existente con el volumen trasero).

LA SOSTENIBILIDAD
En la concepción del Centro Cultural Elena Garro se emplearon diversos sistemas pasivos de diseño. Al tratarse de un inmueble en desuso, se rescató la estructura original de la casa de principios del siglo XX, bajo un proyecto de restauración, sin afectar ni destruir la estructura original y extendiendo los usos mediante cuerpos adicionales a éste que sirvieran de soporte para mejorar el desempeño sustentable del edificio. En segundo lugar, la orientación fue esencial. Al lograr extender el cuerpo existente hacia la calle, y en este caso hacia el Este, se aprovecha el soleamiento, mientras la fachada Sur queda protegida mediante muros gruesos de concreto que, a su vez, absorben el calor y lo acumulan para un mayor confort térmico en el interior. Mediante algunas perforaciones en las fachadas Sur y Norte, además de tragaluces en las losas superiores, se logra que los espacios estén iluminados de manera natural durante todo el día, ahorrando energía eléctrica. Se trata de un espacio pensado en función de la iluminación natural y de sistemas de captación de agua, así como de un juego con la vegetación que plantea desde grandes muros verdes, hasta una serie de pequeños jardines, terrazas y patios que sirven para generar ventilación cruzada, sombra y permiten que cada espacio esté iluminado y ventilado de manera natural.
Los grandes árboles que se integraron dentro del conjunto responden a la voluntad del respeto absoluto de la vegetación existente así como a su conservación y cuidado dentro del nuevo proyecto. La configuración volumétrica y espacial de la propuesta surgió a partir de los grandes árboles existentes y de obtener el máximo aprovechamiento de sombra para el nuevo volumen. El diseño de paisaje y la vegetación contemplada hacia la calle y el patio lateral, proveen protección para las fachadas con mayor asoleamiento, sirviendo como una especie de cortina natural de las superficies vidriadas. Bajo una estricta economía de medios y pensando en el futuro mantenimiento del Centro Cultural, se eligió utilizar materiales en su estado natural, empleando solo madera, piedra, cristal y metal.
El proyecto contempló no sólo una sustentabilidad tanto en lo ecológico como en lo social. Fue un proyecto que se trabajó con la comunidad, con las instancias de medio ambiente, y con la secretaría de desarrollo urbano de manera tal que se planteó como un espacio público, plural, enfocado a la cultura y la interacción social. Se promovió que el Centro fuera una Librería de barrio, pensada para desincentivar el uso del automóvil y promover las actividades al aire libre, con un foro en el jardín lateral, así como un patio y cafetería exterior.