Politiche e progetti della sostenibilità in Catalunya a cura di Francesc Muñoz con Massimo Angrilli

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Una entrevista imposible con Ildefons Cerdà*,
por Francesc Magrinyà [1]

*The answers of this interview are extraits of the Cerdà book "Teoría general de la urbanización"
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Nos puede contar cuál es la revolución urbana que usted vive y en qué se centra?

En la época presente nos hemos encontrado con una civilización moderna, hija del vapor y de la electricidad, civilización toda de movimiento, activa, predominante, exigente, que lleva por delante todos cuantos obstáculos  se oponen a su impetuoso curso.

Qué sentido tienen los conceptos de comunicatividad y vialidad?

La comunicatividad con la gran vialidad universal simboliza la unión necesaria, indispensable, esencialísima de la vida de cada localidad, con la vida de la humanidad entera. Por ello surge la noción de vía trascendental porque pasa sin pararse, y sigue y va siempre más allá. De hecho, la vialidad es veloz, económica, fácil, cómoda, democratizada. La viabilidad no es indudablemente la vida de un pueblo, pero si la manera única de manifestarse y funcionar esa vida. En este sentido, la funcionomía es el tratado especial destinado a examinar de qué manera funciona, es decir, vive y se agita el hombre en las grandes urbes.

Cómo se organiza la sociedad ante la explosión de la comunicatividad?

El individualismo es social, es expansivo, ama la comunicatividad y busca en ella todas las inapreciables ventajas de la reciprocidad en los auxilios, socorros y ayuda que deben prestarse unos a otros los buenos vecinos. Por ello la vida del hombre, para ser cómoda y estar conforme con las aspiraciones y necesidades de su naturaleza, ha de consistir en una alternativa continuada y prudente entre la sociedad y el aislamiento.
Todo bien considerado, la vida urbana se compone de dos principalísimos elementos que abarcan todas las funciones y todos los actos de esa vida. El hombre está; el hombre se mueve: hé aquí todo. No hay, pues, mas que estancia o movimiento. Y estos dos elementos tienen en la urbe, como no podian menos de tener, sus dos correspondientes medios o instrumentos para ejercitarse: la edificación y las vías.

Cómo se organiza y estructura la urbanización

La casa es el principio y el fin de la vialidad. En cada uno de esos espacios aislados por las vías urbanas existe un pequeño mundo, una pequeña urbe, o urbe elemental, si se quiere, que en su conjunto y en sus detalles conserva la más admirable analogía y hasta semejanza con la grande urbe que, todo bien mirado, no es más que un conjunto armónicamente compuesto de tales urbes elementales, enlazadas entre sí por el gran sistema viario urbano.

Se puede hablar de una autonomia de un sistema urbano?

Cada urbe constituye una entidad colectiva, con existencia suya propia, independiente y autonóma, unida solo a la gran vida de la humanidad, por medio de las vias trascendentales que recogen y trasmiten la vialidad urbana al sistema vario universal, o bien recogiendo y trasmitiendo desde esta a la urbe el movimiento que le viene de los demás puntos de la actividad social del universo.
 A parte de ese movimiento ascendente y descendente, que corresponde a esos mismos movimientos que en el mundo vegetal son la vida de las plantas, en todo lo demás la vida interior de cada urbe funciona por medio de su organismo propio que constituye su individualidad.

Cuando usted habla de urbanización plantea un origen y una causa, nos lo podría detallar?

El sagrado recinto del hogar doméstico, el sancta sanctorum, permítasenos esta espresion, de la familia, asilo seguro del individuo, donde este y la familia de que forma parte encierran sus goces y sus pesares, desde el cual arrancan todos los proyectos y todas las esperanzas que forma el hombre en el transcurso de su trabajosa vida. la casa-habitacion es en la urbanizacion el primer elemento y el más esencial, es lo que en el organismo social la familia.
Cuando el hombre hubo satisfecho la primera necesidad que le aquejaba en su aislada debilidad, estableciéndose, amparándose y defendiéndose en un albergue, orgulloso con esta su primera conquista, sintió en el fondo de su corazon un impulso irresistible que le arrastraba invenciblemente a buscar la compañía y ayuda de sus semejantes. (…) Al ir el hombre al encuentro de otro hombre, al formar los primeros elementos de asociación; como asociado lo propio que aislado tenia la misma necesidad de alojamiento, y como por otra parte no podía llevar consigo el que tenia establecido anteriormente en otra parte; hubo de construirse otro nuevo en la comarca misma en que estaba el de su compañero y con relaciones de comunicación con él, pues de otra suerte no habría quedado cumplido el objeto natural de la asociación, que no podía ser otro que el de defenderse y auxiliarse recíprocamente. Dos albergues así combinados con condiciones de comunicatividad forman ya un grupo de albergues, y constituyen por consiguiente la urbanización.

En qué sentido podemos hablar de una correlación entre urbanización y civilización?

Aun cuando la urbanización y la civilización arranquen de un mismo principio, que es la sociabilidad del hombre, en el orden genealógico la primogenitura corresponde de derecho a la urbanización, que es el efecto primero, inmediato, material de la reunión de varios individuos y familias, es la primera manifestación de esa reunión, es la reunión misma, puesto que al congregarse cada hombre y cada familia había de aportar su casa; al paso que la civilización hubo de ser un efecto ulterior de esa reunión, el resultado sucesivo del contacto, roce y relaciones entre los asociados.

Puede explicitarnos el concepto de vías-intervías Cómo se plantea esta dualidad?

La analogía, en todo lo concerniente a urbanización, arranca en rigor de la estancia del individuo, porque en el individuo se encuentran analógicamente todas las mismas necesidades de la colectividad más compleja, que al fin no es más que un conjunto de individuos. Por esto hemos llamado urbe elemental y originaria a la casa, que es la primera parte integrante de la urbe donde se presentan en juego combinado las dos necesidades esenciales del individuo, que son, como hemos dicho, la estancia y el movimiento.
Hasta en la pieza destinada a la estancia del individuo se encuentra la analogía típica de la vialidad y de la habitabilidad, del quietismo y del movimiento. La vida del hombre, cualquiera que sea su ocupación o manera de vivir, es una alternativa constante entre el quietismo y el movimiento, entre el reposo y la agitación; se hacía indispensable que al lado mismo de los espacios destinados a la permanencia, hubiese vías constantemente dispuestas a franquearle el paso para donde quiera que intentase dirigirse.

Cómo se plantea la relación entre urbanización y sistema natural o entorno ambiental

El suelo, ese medio resistente sobre el cual se agita en todos sentidos la humanidad, comparte con la atmósfera en la cual estamos sumergidos, todas las condiciones que, para el desenvolvimiento y las manifestaciones de la vida, necesita nuestro organismo. Su naturaleza, su configuración, su estado, nunca indiferentes para el reino vegetal ni para el animal, ejercen en especial sobre el hombre una influencia muy marcada en los grandes centros urbanos donde la población se halla extremadamente condensada.

Ello tiene también consecuencias en la relación entre el ser humano y la naturaleza?

La capacidad de la vivienda, en la cuestión que nos ocupa no significa una extensión simplemente superficial que refluya solo en la holgura del movimiento, sino que expresa el aire atmosférico disponible para la respiración, ese primer elemento de vida que el hombre ha menester, si no en un estado de completa y constante pureza, al menos de modo que no perjudique su delicado organismo, y que si es viciado, vicia a su vez nuestra sangre y nuestros humores, y llega a ocasionar la muerte, que no siempre es pronta, pero que no por ser lenta, deja de ser más temible. He aquí, cuánta es la importancia y trascendencia que encierra la cuestión de capacidad de una vivienda, que nosotros, considerándola bajo su verdadero punto de vista, denominamos cubo atmosférico de la casa.
Al propio tiempo, la luz que tan ardientemente anhelamos y que parece un elemento necesario a nuestra existencia, llega a fatigar nuestro espíritu y hasta a perjudicar nuestro órgano visual si es demasiado viva, o persevera por mucho tiempo, por cuya razón, después de algún tiempo de haber estado en plena luz, ora quebrantamos y templamos la viveza de sus rayos, ora vamos decididamente en busca de la oscuridad que aborrecíamos, y que pronto nos fastidiará de nuevo, obligándonos de nuevo a buscar la luz.
Un fenómeno análogo sucede respecto de la temperatura y de la ventilación. Una temperatura elevada enerva nuestras fuerzas, y esto nos obliga a ir en busca de otra más baja, y ésta a su vez que también produce en nuestro organismo análogos efectos con su continuación, nos fuerza a procurarnos la elevada.
Lo mismo nos sucede con el viento que alternativamente buscamos y eludimos. Estos son los contrastes de la vida.
Pues bien, a todos esos diversos contrastes, para procurarnos los cambios de situación que ellos requieren, están consagrados los vanos, así interiores como exteriores de la casa, armados de su correspondiente maderage. En efecto, así como los macizos representan el aislamiento perpetuo y necesario; así los vanos con sus correspondientes valvas. Si la casa es para el hombre lo que la concha para los testáceos, no debe ser reputada impropia, así los vanos, decimos, con sus valvas representan la comunicatividad con el mundo exterior, mas no una comunicatividad permanente é inevitable, sino temporal, contingente, subordinada de una manera absoluta a la voluntad del morador.

Observo que usted plantea una cierta analogía de la urbanización con el funcionamiento del cuerpo humano en la relación sistema-entorno

Como hemos visto ya, la casa aislada de que vamos hablando, tiene en torno suyo un ámbito que la separa de todas las demás, con las cuales por consiguiente no está en contacto inmediato por ninguno de los puntos de su periferia. Tiene lo que debe tener, lo que tiene el individuo de la especie humana, una atmósfera propia, un campo, por decirlo así, donde puede desempeñar todos los actos de su vida urbana, porque hay que tener en cuenta que, aun cuando la casa, como un objeto inanimado, carece de vida; como concha, como complemento del vestido que cubre al hombre, ejerce verdaderas funciones vitales.

Explicítenos esta analogía con el cuerpo humano y su fisiología

La casa se encuentra dotada de todos los órganos, o mejor dicho, de todos los elementos materiales que corresponden a las funciones de los órganos de la vida humana. Órganos correspondientes a la locomoción: puertas y vías domésticas. Órganos correspondientes a los ojos y oídos: balcones y ventanas. Órganos correspondientes a todas las funciones de alimentación, digestión y expulsión de residuos procedentes de estas mismas funciones: despensas, conductos de agua potable, cocina con sus dependencias, escusados y conductos de exportación de materias fecales, etc.
A escala de ciudad, si imaginamos cortada la planta de la calle, ora en el sentido transversal, ora en el longitudinal, hasta una profundidad indefinida; sorprenderemos un gran número de obras de arte, bóvedas, tubos grandes y pequeños, por todos los cuales discurren en más o menos abundancia, más o menos visiblemente, líquidos y fluidos de diversa naturaleza y de índole diversa, en direcciones distintas. Diríase a primera vista que esos diferentes aparatos forman el sistema venario de algún ser misterioso de colosales dimensiones. Y ciertamente esta idea, al parecer atrevida, no dejaría de tener sus puntos de verdad analógica, puesto que ese conjunto tubulario no constituye otra cosa más que un verdadero sistema de aparatos que sostienen el funcionamiento de la vida urbana.

Nos puede explicar el origen de la propuesta de urbanización rurizada como respuesta a la relación entre sistema urbano y sistema natural

Para ejercer todas esas funciones, es indispensable que la casa tenga en torno suyo ese ámbito, que por eso hemos llamado campo de operaciones, puesto que no podrían ejercerse legalmente sobre el terreno del vecino; es de ahí que la casa de que vamos ocupándonos, que es la que reúne todas las condiciones conducentes al libre y desembarazado ejercicio de la vida urbana, se encuentra dotada de esa zona aisladora que garantiza y asegura dicho ejercicio.
La estabilidad del labrador, el apego que tiene a su terreno, la sencillez de sus costumbres, hija así de la naturaleza de sus taras, como de la especie de aislamiento en que ellas le retienen, todo esto y otras muchas consideraciones sociales que la alta filosofía nos subministraría, a ser esta ocasión oportuna para desenvolverlas, todo hace que la urbanización rural sea, como la asociación agrícola, un tipo que casi nos atreveríamos a llamar perfecto, así en el primer concepto, como en el último. Si ese tipo se hubiese conservado en toda su pureza, es muy posible que la humanidad no hubiese progresado tanto; pero es al propio tiempo seguro que sus adelantos habrían sido muchísimo más sólidos, permanentes y eficaces.

Pero la historia de la urbanización no ha seguido este mecanismo

La inconveniente yuxtaposición y, más aun, la repugnante sobre posición de viviendas no han sido, no pueden ser, producto de la naturaleza, sino efecto fatal de circunstancias especiales que obligaron violentamente a la humanidad a condensarse y amontonarse en estrechos recintos murados, donde acrecentándose el número de familias, ora por el natural crecimiento que llamaremos intus-sucepcion, ora por agregaciones sucesivas venidas del exterior que podremos llamar conglomeración, y no siendo posible tomar mayor extensión superficial a causa de las compresoras murallas, la edificación, después de haberse condensado en el estrecho recinto de que podía disponer, subió hacia arriba, colocando pisos sobre pisos, viviendas sobre viviendas y familias sobre familias.
Alguna que otra vez, y como reminiscencia del aislamiento que originariamente han tenido todas las casas, o bien como restauración de esta sabia y nunca bien ponderada edificación rurizada, se ven solares con un patio en todo su alrededor, aplicado a jardín casi siempre, levantándose en medio la edificación que tiene además en su interior los patios y patinejos convenientes. Es digno de notarse que esas favorabilísimas condiciones que en tan alto grado garantizan la libertad y la independencia del hogar doméstico, se encuentren al presente, casi única y exclusivamente, o bien en los barrios más extremos, abandonados y pobres de las grandes urbes, y en edificaciones, por consiguiente, destinadas a gente miserable, o bien en grandes palacios destinados a viviendas de familias ricas y poderosas. En aquellos, es el resto de una urbanización que ha desaparecido; en estos, son los primeros asomos de una urbanización nueva que ha de venir y vendrá, ya para devolver al hombre su dignidad, ya para responder a las necesidades de la nueva civilización, empujada por la electricidad y el vapor.
 

Nos podría explicitar, para terminar, cómo sintetizaría su pensamiento

Una síntesis la explicité en el encabezamiento de la Teoría General de la Urbanización con esta máxima:
Independencia del individuo en el hogar
Independencia del hogar en la urbe
Independencia de los diversos géneros de movimientos en la vía urbana.
Rurizad lo urbano: urbanizad lo rural:... Replete terram

 

Note

[1] Professore di Urbanistica alla Università Politecnica di Catalunya, UPC.